Los niños también sufren el ictus

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Aunque pueda pensarse que el Ictus es cosa de adultos, también los niños están expuestos a  este tipo de accidentes. Desde el nacimiento, e incluso antes que éste se produzca, existe el riesgo de sufrir un Ictus y por tanto de padecer sus secuelas. Estas secuelas están relacionadas con la gravedad de la lesión, con la edad en la que se produzca y con rapidez en la intervención por parte de los equipos médicos y terapéuticos.

Si bien la incidencia es menor en niños que en adultos, se trata de una de las diez principales causas de mortalidad infantil. Tenemos que tener en cuenta que los factores de riesgo son totalmente diferentes en esta población (perinatal o postnatal) y que en muchos de los casos es imposible encontrar cuál ha sido el factor desencadenante del daño.

Debemos saber cuáles son los síntomas del ictus en el niño para poder actuar con rapidez ya que en muchas ocasiones, la falta de conocimiento por parte de la sociedad sobre la posibilidad de que un ictus infantil se produzca, retrasan la intervención y por  tanto puede agravar las secuelas finales.

Pero… ¿Cómo podemos darnos cuenta que un niño está sufriendo un ICTUS?

Los síntomas son diferentes en relación a la edad, considerando población infantil desde los 0 hasta los 18 años.

En niños pequeños, que aún no son independientes en la movilidad ni han desarrollado  el lenguaje por completo, podemos observar:

  • Espasmos faciales y/o distonías.
  • Apneas asociada a episodios catatónicos.
  • Falta de movilidad de un hemicuerpo.

En niños con una mayor madurez en el desarrollo, podemos basarnos en la escala FAST utilizada para la población adulta, aunque con algunas señales añadidas:

fast

  • Dolor de cabeza de aparición repentina y de una intensidad elevada
  • Vómitos y/o nauseas.
  • Trastorno brusco de la sensibilidad en cara, brazo o pierna en un lado del cuerpo.
  • Debilidad muscular repentina, en un lado del cuerpo.
  • Dificultad para hablar o para entender lo que se está diciendo.
  • Trastornos de la visión.
  • Pérdida del equilibrio

 

De media, se tarda de 12 a 24 horas en los ictus de adultos en llegar al hospital después de reconocer los primeros síntomas de un derrame cerebral, disparándose  a un intervalo de 48 a 72 horas en los más pequeños.

Aunque los ictus en los niños pueden ser devastadores, su cerebro tiene una gran capacidad de adaptación y recuperación, la llamada plasticidad cerebral. El cerebro de un niño aún está en desarrollo, por lo tanto, tiene una gran capacidad de repararse por sí mismo. Con la ayuda de la terapia, muchos de estos niños logran recuperar la movilidad  y el habla lo que supone una mejora sustancial en su calidad de vida. Muchos de estos niños serán capaces de aprender a caminar, hablar o comer de manera independiente.

Según la neuróloga del Niño Jesús María Luz Ruiz Falcó, “aunque la incidencia del ictus pediátrico es inferior a la del adulto, no es menor ni su importancia ni sus consecuencias, siendo también una patología tiempo-dependiente”.

Este centro de la red pública del Servicio Madrileño de Salud, es una referencia nacional en la neurorrehabilitación del ictus pediátrico. La Unidad de Rehabilitación de Daño Cerebral Adquirido Infantil en este centro, está formada por un médico rehabilitador, un psicólogo clínico con formación en Neuropsicología, un logopeda, un trabajador social, un terapeuta ocupacional, fisioterapeutas, así como un maestro especialista en Pedagogía Terapéutica.

Esta Unidad cuenta con profesionales que trabajan en estrecha colaboración con el paciente, su familia y su entorno para poder llegar al diagnóstico y a la evaluación del niño en el menor tiempo posible, y comenzar así las terapias necesarias.

A raíz de esto se  creó el Observatorio de Daño Cerebral Sobrevenido, del que han surgido dos grupos de trabajo (Daño Cerebral Adquirido en la Infancia y Código Ictus Infantil) para el abordaje integral de las personas afectadas. Este Observatorio reforzará la coordinación y la atención integral en el programa de ictus infantil ya existente en el Hospital La Paz.

Fuentes:
fundacionbelen.org
laopinioncoruna.es
www.redaccionmedica.com
www.madrid.org

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