¿Qué es la disfagia?
La disfagia se define como la dificultad para tragar o deglutir; es decir, la dificultad para hacer llegar los alimentos o los líquidos desde la boca al estómago, por afectación de una o más fases de la deglución.
Diagnóstico de la disfagia
El diagnóstico de los trastornos deglutorios, o disfagia, se realiza a través de dos métodos: la evaluación clínica y la evaluación instrumental. Con la evaluación clínica se observa la función general del proceso deglutorio de un individuo. Para la evaluación instrumental se realiza una videofluoroscopia (evaluación por excelencia) o una videoendoscopia deglutoria. El problema de estos test diagnósticos es que son caros, complejos y/o exponen al paciente a radiación. Sin embargo, la ecografía es un método seguro, simple, portátil y aplicable a pie de cama. La exploración con técnicas de imagen proporciona detalles precisos sobre las estructuras anatómicas involucradas en la deglución y permite identificar con seguridad los signos de trastorno deglutorio (Cichero & Murdoch, 2006).
El ecógrafo y la disfagia
La ecografía se ha validado para valorar el tamaño y estructura de los músculos orales y masticatorios, lengua, faringe, laringe, esófago e incluso la existencia de residuo y aspiración. Se ha usado para determinar el tamaño de los grupos musculares relacionados con la deglución. De esta forma, los músculos atrofiados serían un signo de disfagia. Además, la ecografía permite valorar el movimiento de este músculo, que se correlaciona con la biomecánica de la deglución y con los síntomas de disfagia (Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, 2022).
Este procedimiento no se utiliza con frecuencia en el proceso diagnóstico de la disfagia ni en la exploración del proceso deglutorio. Sin embargo, se ha demostrado que esta técnica ha sido útil para realizar observaciones cualitativas y de diferentes estructuras participantes en el proceso de la deglución. Además, las innovaciones metodológicas de las últimas décadas han permitido llevar al ecógrafo a realizar valoraciones cuantitativas de diversos aspectos dinámicos de la deglución en diferentes modalidades de imagen (Chi-Fishman, 2005). Se ha descrito que incluso el ecógrafo puede dar información en tiempo real tanto para diagnosticar como para verificar los efectos que las estrategias terapéuticas tienen en la fisiología deglutoria.
En Centro Lescer hemos integrado el ecógrafo como herramienta para la valoración de la disfagia. Nuestra investigación es pionera en el uso del ecógrafo en pacientes neurológicos.
La dificultad reside en la observación e interpretación de las estructuras, que tratan nuestros logopedas, desde esta herramienta. Para poder hacer una fundamentación y comparativas, en Centro Lescer nos apoyamos en publicaciones realizadas desde otras esferas como la otorrinolaringología, la dermatología, la fisioterapia o manuales de ecografía.
Somos conscientes que el diagnóstico es una competencia médica de ahí que el uso que le damos al ecógrafo no sea ese. El único objetivo es mejorar nuestros tratamientos.
El ecógrafo nos permite objetivizar y ser más específicos a la hora de tratar al paciente, por lo que podemos asociar su uso con las terapias manuales, con otras herramientas como la electro estimulación o técnicas más invasivas como la punción seca.
Nuestros logopedas ya utilizan el ecógrafo como soporte y herramienta en distintos tratamientos de pacientes neurológicos. Un ejemplo es el uso del ecógrafo para intentar valorar en pacientes con disfagia el suelo de la boca y ver si realmente se puede asociar una imagen ecográfica con una musculatura menos móvil o incluso atrofiada.
Fuentes: Ultrasonido para la evaluación de la deglución: una revisión narrativa / GUÍA DE DISFAGIA — Manejo de la disfagia en AP —./ Situación actual y visión de futuro de la utilidad de la ecografía en el estudio de la disfagia orofaríngea (Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, 2022)