Diferencias entre esclerosis múltiple y ela

Diferencias entre esclerosis múltiple y esclerosis lateral amiotrófica

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En más de una ocasión hemos oído hablar de la esclerosis múltiple y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Puesto que ambas son enfermedades neurológicas, de origen desconocido y comparten lo de “esclerosis” en el nombre, esto hace que muchas personas las confundan o piensen que son muy similares. Pero en realidad existen muchas e importantes diferencias entre la esclerosis múltiple y ELA, tanto en el daño neurológico, como en los síntomas, la edad de afectación, el tratamiento, la progresión y la esperanza de vida.

Si quieres conocer cuáles son las diferencias entre ELA y esclerosis múltiple, así como los distintos tratamientos de neurorrehabilitación que desarrollamos en Centro Lescer para ambas enfermedades, te invitamos a seguir leyendo.

Esclerosis múltiple y ELA, ¿en qué consisten?

Aunque la esclerosis múltiple y la ELA son enfermedades que afectan al sistema nervioso y pueden tener síntomas neurológicos en común, como los problemas de movilidad, lo cierto es que son enfermedades distintas con causas y tratamientos diferentes.

Por un lado, la esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune crónica en la que el sistema inmunológico del cuerpo ataca a la mielina del cerebro y de la médula espinal. La mielina es una sustancia que recubre las fibras nerviosas y facilita la transmisión de señales eléctricas entre las células nerviosas. Cuando se destruye la mielina se forman cicatrices (esclerosis), lo cual puede dar lugar a problemas de movilidad, debilidad, entumecimiento, fatiga, problemas de visión y dificultades en la coordinación, entre otros.

La hipótesis patogénica más aceptada es que la esclerosis múltiple se debe a la conjunción de una determinada predisposición genética y a factores ambientales, como el virus de la mononucleosis, que, al aparecer en un mismo sujeto, originarían esa respuesta inmune.

La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica que puede tener episodios de recaída y remisión o progresar de manera constante con el tiempo. En definitiva, afecta a cada persona de manera diferente.

Por su parte, la esclerosis lateral amiotrófica es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta a las neuronas motoras del cerebro y médula espinal. A medida que las neuronas motoras se degeneran y mueren, los músculos pierden su capacidad para funcionar, lo que conduce a problemas de movilidad, debilidad muscular, atrofia y parálisis.

Por el momento, aún no se conocen la causas exactas de la ELA ni qué combinación de fenómenos conllevan a la neurodegeneración. A pesar de que entre un 5 y un 10% de todos los casos de ELA son familiares, las investigaciones etiológicas sugieren claramente factores exógenos más que genéticos en el origen de esta enfermedad.

¿Cuál es la edad de diagnóstico?

Otra de las diferencias entre esclerosis múltiple y ELA es la edad del diagnóstico. En el caso de la esclerosis múltiple, el diagnóstico es más frecuente en mujeres y suele ocurrir entre los 20 y 40 años, situando la edad media de diagnóstico en los 29 años.

Además, la edad de una persona en el momento del diagnóstico de esclerosis múltiple puede influir en la progresión de su enfermedad. De este modo, si aparece entre los 20 y los 35 años, suele darse la esclerosis múltiple remitente-recurrente (EMRR), y si comienza a partir de los 40 años suele ser una esclerosis múltiple primaria progresiva (EMPP)

Por su parte, la mayoría de las personas que desarrollan ELA tienen entre 40 y 70 años, con un promedio de 55 años, y suele ser más frecuente en los hombres.

No obstante, en ambos casos, son enfermedades que pueden dar síntomas a edades más tempranas o tardías, de ahí que haya diferencias entre esclerosis múltiple y ELA.

Síntomas de cada enfermedad: otra de las diferencias entre esclerosis múltiple y ELA

Al comienzo, la esclerosis múltiple y la ELA pueden compartir signos y síntomas similares, como la debilidad y rigidez muscular, dificultad para mover las extremidades, descoordinación de movimientos, etc. Pero, a medida que ambas enfermedades van progresando, aparecen las diferencias entre la esclerosis múltiple y ELA

Síntomas de la esclerosis múltiple

Los síntomas de la esclerosis múltiple pueden ser muy variables. De hecho se la conoce como la enfermedad de las mil caras precisamente porque cada paciente tiene diversos síntomas y alteraciones, y con diferente intensidad.

Algunos de los síntomas más frecuentes pueden ser: fatiga, problemas de equilibrio y coordinación, trastornos del habla, trastornos de la marcha, trastornos cognitivos, sensibilidad al calor, problemas intestinales o urinarios, dolor, alteraciones visuales, hormigueo, espasticidad y problemas sexuales, entre otros.

Es decir, se dan síntomas motores, pero también sensitivos, cognitivos, etc.

Síntomas de la esclerosis lateral amiotrófica

Los síntomas de la esclerosis lateral amiotrófica son únicamente motores. La debilidad muscular puede avanzar hasta la parálisis y se extiende de unas regiones corporales a otras. Es por eso que afecta incluso a la comunicación oral, la deglución y la respiración, lo cual hace que, en general, los pacientes de ELA experimenten un mayor deterioro físico en comparación con los pacientes de esclerosis múltiple.

La torpeza y la debilidad de las manos y también a veces en los pies, boca o garganta junto con los calambres musculares, suelen ser los primeros síntomas de la ELA. Otros pacientes comienzan con síntomas más llamativos, como son los problemas para masticar o tragar (disfagia), para hablar… Además, es posible que la persona se sienta muy cansada. Poco a poco esa debilidad afectará a más músculos hasta que finalmente casi todos los músculos del cuerpo se vean afectados.

A pesar de este deterioro físico, las personas con ELA mantienen intactas sus facultades intelectuales. Tampoco se ven afectados sus sentidos (vista, oído, gusto, tacto u olfato) ni hay alteraciones de esfínteres ni de la función sexual.

¿Cómo evoluciona cada enfermedad?

La evolución de cada enfermedad marca la diferencia entre ELA y esclerosis múltiple y a continuación desarrollaremos cómo evoluciona cada una de ellas.

Evolución de la esclerosis lateral amiotrófica.

Otra de las diferencias entre la esclerosis múltiple y ELA es que la progresión de la ELA es asimétrica, es decir, progresa de modo diferente en cada parte del cuerpo. Esta grave enfermedad que cursa sin dolor, pero no tiene cura, puede que tenga una evolución lenta durante varios años. Aunque por lo general suele llevar una progresión más o menos rápida de unos 3-5 años, pudiendo llegar a los 10. Aunque no olvidemos que hay casos, como el del conocido físico británico Stephen Hawking que convivió con la enfermedad más de 50 años, lo que demuestra que la evolución de la ELA varía de una persona a otra.

Progresión de la esclerosis múltiple

En el caso de la esclerosis múltiple, la progresión de la enfermedad es muy dispar entre los pacientes y no siempre produce discapacidad. Hay personas que tienen lesiones inflamatorias durante años sin mostrar ningún síntoma y otros, por el contrario, empeoran gradualmente desde el inicio.

Dependiendo de la progresión de la enfermedad, existen actualmente cuatro tipos básicos de EM, que son:

1-Síndrome clínico aislado. Se conoce así a los casos en los que se da un primer y único brote de síntomas causados por la inflamación y desmielinización. La recuperación, puede ser completa o parcial.

2-Esclerosis múltiple remitente recurrente (EMRR). Es la forma más habitual en la que se presenta esta enfermedad. Consiste en brotes imprevisibles que duran unos días o semanas y finalmente desaparecen totalmente o dejan alguna secuela.

3-Esclerosis múltiple secundaria progresiva (EMPS). En la mayoría de las personas diagnosticadas con EMRR, cuando la enfermedad empeora con el tiempo, evolucionan a una progresión continuada con o sin remisiones de poca importancia.

4-Esclerosis múltiple primaria progresiva (EMPP). Solo entre el 10 y 15% de las personas se les diagnostica este tipo de esclerosis múltiple que se caracteriza por el empeoramiento progresivo de la función neurológica y de la discapacidad desde el inicio de los síntomas sin experimentar recaídas ni remisiones.

¿Cómo evitar estas enfermedades?

La esclerosis lateral amiotrófica es una enfermedad neurológica degenerativa, progresiva e irreversible, de la que no se conocen las causas, aunque estas podrían ser genéticas, hereditarias o ambientales y, por tanto, no es posible prevenir.

Tampoco se sabe con certeza cuál es la causa exacta de la esclerosis múltiple, pero el hecho de que sea una enfermedad autoinmune, da varias pistas. Hay factores genéticos (gemelos monocigotos) y ambientales que pueden desencadenar el mecanismo autoinmune. También existen teorías y estudios que hablan de algún patógeno, como el virus de la mononucleosis, que sería el desencadenante de que el sistema inmunológico empezara a atacar la mielina. Un estudio publicado en 2022 en la revista Science concluye que la infección por Epstein-Barr multiplicaría por 32 el riesgo de padecer esclerosis múltiple. Por tanto, prevenir esta enfermedad del beso sería una opción para tratar de evitar la esclerosis múltiple, teniendo en cuenta que el virus Epstein-Barr es un factor necesario, pero no suficiente para desarrollar esclerosis.

También existen diferentes investigaciones que han demostrado que mantener suficiente vitamina D en el organismo puede reducir el riesgo de padecer esclerosis múltiple. Esto explicaría por qué es diferente la prevalencia de la esclerosis múltiple según las latitudes (cuanto más lejos del ecuador hay más prevalencia de EM). Es por eso que tomar suplementos de vitamina D se considera una forma importante de modificar el riesgo de tener la enfermedad.

¿Qué tratamiento existen para cada una?

También existen diferencias entre ELA y esclerosis múltiple en cuanto a sus respectivos tratamientos farmacológicos. Mientras que cada vez existen más opciones terapéuticas para frenar la progresión de la esclerosis múltiple, en el caso de la ELA la mayoría de los fármacos se centran en aliviar los síntomas.

En lo que sí coinciden ambas enfermedades es en la necesidad de desarrollar terapia neurorehabilitadora. En Centro Lescer desarrollamos tratamientos de neurorrehabilitación de la ELA  y de la esclerosis múltiple que incluyen distintas terapias personalizadas y adaptadas a las necesidades de cada paciente:

-Fisioterapia para mejorar la capacidad motora

-Logopedia para restaurar las capacidades de hablar y tragar

-Tratamiento neuropsicológico para mejorar las funciones cognitivas.

Terapia ocupacional para facilitar la adaptación a las tareas habituales y autocuidado

-Asesoramiento psicológico para que el paciente y su familia puedan adaptarse y afrontar las complicaciones de ambas enfermedades.

Para desarrollar y combinar todas estas terapias, en Centro Lescer contamos con un equipo multidisciplinar formado por neurólogos, fisioterapeutas, neuropsicólogos, logopedas y terapeutas ocupacionales , además de la tecnología más avanzada para el tratamiento de las principales enfermedades neurodegenerativas.

Si aún dudas sobre las diferencias entre esclerosis múltiple y ELA, o si quieres más información de los tratamientos neurorehabilitadores que desarrollamos en Centro Lescer, puedes contactar con nosotros a través de nuestro email administracion@lescer.es o del teléfono 91 739 81 42 y te explicaremos cómo podemos ayudarte.

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