Diversos estudios muestran la evidencia científica de la terapia con caballos en el control postural, el equilibro y la marcha. Un aspecto importante de esta terapia es la marcha tridimensional del animal que, siendo similar a la marcha humana, normaliza el tono, la estabilidad y las transferencias de peso. Debido a la temperatura del caballo, mejora el aspecto sensorial. Además, trabajar con una terapia diferente favorece la parte más emocional, cognitiva y supone un beneficio para nuestros pacientes. En esta técnica, nuestros fisioterapeutas trabajan conjuntamente con la Asociación Riendamiga.