Tratamiento para pacientes con
Daño cerebral adquirido (DCA)
En Lescer somos expertos en el tratamiento de pacientes con daño cerebral adquirido, brindando una atención especializada y personalizada, basada en nuestro enfoque integral y equipo interdisciplinario.
¿Qué es el daño cerebral adquirido?
Cuando hablamos de daño cerebral adquirido (DCA) nos referimos a cualquier lesión o daño del cerebro que ocurre por diversas causas tras el nacimiento, y que no es resultado de una condición congénita o genética.
Tipos de DCA según causas:
Dependiendo de sus causas, existen diferentes tipos de daño cerebral adquirido:
- DCA por traumatismo craneoencefálico. Ocurre como resultado de un golpe, sacudida o impacto en la cabeza que causa daño en cerebro e interrumpe su funcionamiento normal.
- DCA por accidente cerebrovascular, como es el caso de un ictus. Es la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro, ya sea debido a un coágulo (accidente cerebrovascular isquémico) o a una hemorragia (accidente cerebrovascular hemorrágico). Esto puede provocar la muerte de células cerebrales y afectar las funciones del cerebro.
- DCA por tumores cerebrales. El crecimiento anormal de células en el cerebro puede ejercer presión sobre áreas importantes y dañar tejidos cerebrales.
- DCA por encefalitis, que es una inflamación del encéfalo causada por una infección (virus, agente tóxico, autoanticuerpo, etc.).
- DCA por anoxia cerebral, que es la falta de oxígeno en el cerebro debido a problemas respiratorios, ahogamiento u otras condiciones médicas, lo cual puede llevar a la muerte de células cerebrales.
- DCA por enfermedades neurodegenerativas. Determinadas afecciones neurodegenerativas como el Alzheimer, el Parkinson o la Esclerosis Múltiple pueden dañar progresivamente el cerebro y sus funciones.
Técnicas que llevamos a cabo para tratar el daño cerebral adquirido
En la Clínica Lescer, el tratamiento del daño cerebral adquirido es un proceso multidisciplinario que involucra la combinación de diversas técnicas, profesionales y enfoques para abordar las diferentes necesidades y desafíos a los que se enfrenta cada paciente. Algunas de las técnicas y terapias que desarrollamos en nuestra clínica para el tratamiento del daño cerebral adquirido son:
Neurofeedback
El NeXus-10 Mark II es nuestro dispositivo de grabación para aplicaciones de monitorización, biofeedback y neurofeedback, así como para la investigación fisiológica. El Neurofeedback se utiliza para mejorar las funciones cerebrales y la plasticidad cerebral, lo que puede facilitar la recuperación y la rehabilitación. La técnica se basa en la idea de que el cerebro tiene la capacidad de autorregularse y cambiar su actividad en respuesta a los estímulos y retroalimentación proporcionados. Durante una sesión de Neurofeedback, y mediante la colocación de sensores en el cuero cabelludo, conseguimos medir la actividad cerebral. El paciente es expuesto a estímulos visuales o auditivos y los sensores captan las ondas cerebrales, miden una amplia variedad de señales simultáneamente y envían la información a un software que proporciona retroalimentación visual o auditiva en tiempo real. A través de la repetición y la práctica, el paciente aprende a autorregular su actividad cerebral, mejorando así las funciones cognitivas y motoras afectadas por el daño cerebral adquirido.
Proyectores interactivos
Realidad virtual para el tratamiento del DCA
Mediante la realidad virtual podemos realizar una rehabilitación motora, ya que creamos entornos que simulan actividades físicas y movimientos específicos y repetitivos que el paciente realiza y permiten mejorar la coordinación, el control postural, la rotación del tronco, la fuerza muscular y la movilidad.
También con la realidad virtual podemos estimular las funciones cognitivas afectadas por el daño cerebral adquirido, como la memoria, la atención, la resolución de problemas y la toma de decisiones. Los pacientes pueden participar en juegos y actividades que desafíen y ejerciten estas habilidades.
Facilita el automatismo por la posibilidad de las repeticiones ilimitadas, lo que permite evaluar y entrenar funciones tanto físicas como cognitivas.
Mejora funciones cognitivas: orientación, atención, memoria, visopercepción, lenguaje, praxias y funciones ejecutivas (organización, planificación, secuenciación, razonamiento lógico y solución de problemas).
Mejora funciones físicas: control postural, integración del hemicuerpo afecto, movilidad de miembro superior afecto, transferencias de pesos, rotaciones de tronco.
¿Cómo tratamos a los pacientes con DCA en Lescer?
A continuación explicamos cada una de la áreas que trabajamos con pacientes con daño cerebral adquirido o DCA.
Intervención cognitiva
La intervención cognitiva es un componente esencial en el tratamiento del daño cerebral adquirido. Esta terapia se enfoca en abordar las dificultades cognitivas que pueden surgir como resultado del daño cerebral, como problemas de memoria, atención, razonamiento y resolución de problemas. De este modo, con la rehabilitación neuropsicológica tratamos de mejorar y restaurar estas habilidades cognitivas para que el paciente consiga alcanzar el máximo grado de autonomía.
Para ello, el neuropsicólogo dispone de tres estrategias: la restauración (o entrenamiento de las funciones alteradas); la compensación (o entrenamiento de las habilidades alternativas) y, por último, la sustitución, con el empleo de ayudas externas.
La utilización de una estrategia u otra dependerá de diversos factores tales como el proceso afectado, el tiempo transcurrido desde la lesión, la severidad de la misma o el tiempo que dispongamos para rehabilitar al paciente.
Se trata de entrenar las funciones alteradas (atención, memoria, funciones ejecutivas, etc.), partiendo de la base de que los procesos deteriorados pueden ser restaurados, al menos parcialmente, mediante la estimulación y la práctica continua de ejercicios y actividades diseñados para estimular y entrenar las funciones cognitivas afectadas. Estos ejercicios pueden incluir juegos de memoria, ejercicios de atención, actividades de resolución de problemas y tareas para mejorar la planificación y la organización.
El entrenamiento de habilidades alternativas o de compensación pone el énfasis en la adaptación del individuo para tratar de compensar y minimizar la implicación de los procesos deficitarios. Por ejemplo, se podría entrenar a un paciente con problemas visoespaciales y de orientación topográfica a que utilice claves verbales para evitar perderse en un trayecto que frecuentemente realiza.
Podemos utilizar ayudas externas tales como agendas, grabadoras, sistemas de voz asistida por ordenador, recordatorios visuales, etc. con el fin de compensar los déficits causados por el daño cerebral adquirido. En algunas ocasiones, estas ayudas representan la única alternativa posible para mejorar la calidad de vida y autonomía del paciente. Es por eso esencial que el neuropsicólogo pueda entrenar al paciente en el uso de estos instrumentos para que sea capaz de utilizarlos en su vida diaria de forma rutinaria.
Tratamiento psicológico: Unidad de Psicología Clínica
El daño cerebral adquirido suele tener un impacto significativo en el bienestar emocional y psicológico del paciente y de sus familiares. Debido al proceso de duelo al que deben enfrentarse ante los déficits cognitivos y motores, es frecuente que aparezcan alteraciones emocionales, como la ansiedad, depresión, baja autoestima, frustración o ira, que producen un inmenso malestar en los pacientes y en su entorno.
Es por eso que desde la Unidad de Psicología Clínica del Centro Lescer realizamos una intervención psicológica, de forma individualizada o grupal con el fin de mejorar la calidad de vida y facilitar la adaptación a los cambios causados por la lesión cerebral.
Y en el caso en que se detecten alteraciones psiquiátricas graves como las alucinaciones y/o delirios, ideas de autolisis, etc., la Unidad de Psicología Clínica podrá derivar a estos pacientes al departamento de Neuropsiquiatría.
El tratamiento psicológico también se extiende a las familias, a quienes se les ofrece asesoramiento y acompañamiento durante las distintas fases del duelo. Con ello también se pretende involucrar a los miembros de la familia en el tratamiento y tratar de mejorar la comunicación, las relaciones y el apoyo mutuo.
Intervención conductual del paciente con DCA
La intervención conductual en pacientes con daño cerebral adquirido se enfoca en abordar las alteraciones conductuales y afectivas que pueden surgir como resultado de la lesión cerebral.
Estos cambios pueden incluir:
- Irritabilidad.
- Impulsividad.
- Agresividad.
- Infantilismo
- Desinhibición.
- Euforia.
- Dificultadas en la autorregulación
- Apatía.
- Labilidad emocional.
- Depresión.
- Otras alteraciones conductuales, llegando incluso a auténticos cambios de personalidad.
El objetivo de la intervención conductual es ayudar al paciente a desarrollar habilidades para adaptarse a los cambios y mejorar su funcionamiento en la vida diaria.
Para el abordaje de los problemas conductuales, nuestros neuropsicólogos ponen en marcha distintos programas de modificación de conducta que se utilizan tanto para hacer que el paciente realice con más frecuencia una conducta que creemos positiva para él (conducta adaptativa) como para que haga con menos frecuencia una conducta que creemos negativa (conducta desadaptativa).
Alteraciones de la visión
Después de sufrir un daño cerebral pueden aparecer problemas de visión, como pérdida de campos visuales, diplopías, foria, problemas de acomodación etc. Nuestros terapeutas, una vez detectan dichas alteraciones, derivan a nuestros pacientes a un centro especializado en el diagnóstico y el tratamiento de todos los problemas del sistema visual.
Preguntas Frecuentes sobre el DCA
Las enfermedades neurodegenerativas pueden tener una gran variedad de síntomas, según la enfermedad específica y la etapa en la que se encuentran. Algunos de los síntomas de las enfermedades neurodegenerativas más comunes son:
- Cambios cognitivos: Pérdida de memoria progresiva, problemas de atención, desorientación en tiempo y espacio, problemas para tomar decisiones y razonar.
- Problemas motores: Temblores (como en la enfermedad de Parkinson), rigidez muscular y dificultad en la coordinación, debilidad muscular y deterioro de la movilidad.
- Cambios en el habla y el lenguaje: Dificultad para hablar con claridad, problemas para encontrar las palabras adecuadas.
- Problemas sensoriales: Cambios en la percepción visual y auditiva, sensaciones anormales, como hormigueo o entumecimiento.
- Cambios emocionales y de comportamiento: Depresión y ansiedad, cambios en el estado de ánimo, irritabilidad, apatía, etc.
- Dificultades en las actividades diarias: Problemas para realizar tareas cotidianas y autocuidado.
- Dificultad para tragar (disfagia), lo que puede llevar a problemas de nutrición y riesgo de aspiración.
- Cambios en la marcha y el equilibrio, como pasos más cortos o que arrastra los pies.